Mens sana in corpore sano

Ayer me sentí un poco como un ciudadano romano de los que iban a los baños a diario, un patricio moderno, todo gracias a mi madre que desde esta semana me ha sacado un bono para aprender natación en la piscina cubierta del polideportivo de mi barrio. Fue una experiencia muy gratificante, el pabellón tiene unos vestuarios muy bien dotados y limpios, además de un personal que hace que las clases no sean tan humillantes para los que como yo, sepan sólo algo más que flotar en el agua, pero mucho menos que nadar.

Hice las pruebas y me pusieron en el nivel 3, de 4 posible, pero al cabo de un tiempo y viendo como sumergía el brazo izquierdo y como movía los pies, me pasaron al nivel 2 para jugar con una tablita de corcho y un churro de espuma -menos mal que en la realidad no sea tan «cursi» ni «vergonzoso» como por aquí-, en una calle llena de personas mayores.

Después de unos buenos estiramientos, gracias a los cuales no me han quedado secuelas -léase agujetas- me duché y salí, después de todo, hacia mi casa. Eran las 22:30 y caminaba por la calle con la silueta cansada y feliz, sintiéndome un noble romano y pasé por delante de un bar que estaba cerrando. Allí se afanaba una familia entera, niños incluidos, en limpiar el suelo y las bancas, y pensé qué injusta era la vida, mientras uno salían de natación, otros aún doblaban la espalda… El caso es que seguí caminando y pensando sobre una entrada para mi abandonado blogg, y antes de llegar a la esquina oí la voz de una muchacha que textualmente buscaba un novio rico y guapo que le diera alegría a su cuerpo -léase sexo femenino-, que acompañada por cuatro amigas -todas ellas igualmente adolescentes típicas de un barrio como el mío- se cruzaron conmigo dejando después en el aire una de ellas un curioso: «como ése».

Para mi sorpresa vi que me señalaban, seguí avanzando en dirección a casa y pensando, unos limpian su negocio honradamente, otros se relajan después de 13 horas en la calle y piensan en Literatura, y otras ya se encaminan hacia un futuro que se les impone desde los medios… el desconocimiento (ni rico ni guapo) y la cumbre sin esfuerzo.

Rocío

Ya he vuelto del Rocío. Las fiestas allí han sido muy diferentes de las que he tenido en Sevilla… para empezar porque no tengo chimenea… y me he pasado los días leyendo a Beades (Centinelas), a Pablo Moreno (Clara Contraseña), a Carlos Bousoño (Metafora del Desafuero), entre otros, bien cerquita del fuego. De mis largos tiempos frente al fuego, he sacado que es un elemento bastante poético e inspirador, yo que soy un chico de ciudad, que de campo sólo sé que tiene cinco letras, he visto su luz y su danza, me he enamorado de sus giros, del olor del olivo ardiente, de la voz mutilada de las cenizas.

He estado mucho tiempo leyendo, pero también he pasado tiempo haciendo fotos. Recomendación: la próxima vez que pasen por Doñana o Matalascañas, acercaos a las marismas para ver como anochece… es simplemente espectacular. Ahí dejo la foto. Es evidente que el lugar tiene algo mágico, aunque después en Mayo o Junio se acabe convirtiendo casi en una bacanal, pero me repito, es evidente que hay algo mágico en el Rocío. El santuario blanco, las marismas, los caballos pastando e, incluso un toro oscuro que se atrevió a aparecer por allí, quizás como defensor de los equinos, son signos de algo más que no alcanzamos a entender, pero del que no nos cabe otra cosa que quitarnos el sombrero y dar gracias.

Ha sido una feliz nochebuena y ahora, a volver con el trabajo.

Colección de Miniaturas

Visto la buena recepción de algunos haikus que agrupe bajo el nombre de «Colección de Miniaturas» os enseñaré ahora el resto que he ido acuñando hasta hará unos meses… No sé el título para estos nuevos, iré pensándolo mientras, de momento os los pongo aquí y espero vuestras opiniones. Aviso de que son muchos…

Era un poema
de cien versos. Ahora
sólo es un haiku.

*

Impura espera
la acacia el agua de
la primavera.

*

Aquí el fin.
Cenizas en el viento,
sombras y fuego.

*

Corriente negra.
En las ondas del agua
fluye el espacio.

*

Tiembla la tierra ¿¡Qué!?
Apocalipsis…
…y veloz pasó el tren.

*

Un beso. Fue.
Corriendo por mis venas
el primer tren.

*

Pasa el tiempo en los quiebros
de la corteza
negra de los olivos.

*

En mis pupilas
está la soledad
más absoluta.

*

Lágrimas negras.
El cristal empañado
bebe en la noche.

*

Cierra los ojos
y duerme. La ciudad
apesta a muerte.

*

Se prende el odio
como rescoldo al viento,
y fue el incendio.

*

En la ciudad
bombas de humo. La guerra
occidental.

*

La vida. El sueño
de triste final:
despertar es morir.

*

Este es el Haiku.
Verso definitivo.
Punto final.

Bueno, estos son todos, pero como dice aquella frase «Ni son todos los que están ni están todos los que son», hay más pero no los pongo porque no merecen para nada la pena. Espero comentarios. Muchas gracias y espero que sean de vuestro agrado. Saludos.

Embarazo no deseado

Dicen que la casualidad ha sido la fuente de la que han manado descubrimientos tan importantes como la Aspirina o el atomo del Radio… No sé si llegará a tener la misma importancia -si lo sé, no la tendrá- pero al menos puedo decir que comparte el nacimiento, este blog también es fruto de la casualidad. Gracias a mi nulo conocimiento informático nació al intentar hacer un comentario en el blog de Rocío Arana… Así me uno a la nueva moda de los Blogs, intentaré ser constante y aparecer por aquí a menudo… Saludos a todos.

Éste es el principio.