El orden del caos
Buenticidio
El Baúl Abierto
Anuncios
Recetario para los nuevos tiempos
Hace ya un año que me enamoré de El Proceso, aquel libro que me abrió las puertas a un estilo narrativo que no había conocido hasta entonces. La agilidad en la escritura, la fuerza de Kafka como narrador y su forma de concebir las cosas han marcado desde entonces mi gusto en Narrativa. Ahora acabo de sacar un libro de la Biblioteca en el que el alemán Joachim Unseld (Anagrama, 1989) repasa la vida literaria de Franz Kafka centrándose, sobre todo, en los aspectos que tienen más que ver con la elaboración y publicación de sus obras. El libro revela la importante participación de sus amigos, principalmente Max Brod, escritor y albacea de Kafka, y la relación especial que mantendrá con su editor Kurt Wolff, única persona que publicó sus libros y con el que sólo conversó dos veces cara a cara.
Entre los muchos detalles que aporta el libro, me llama la atención la postura de Kafka ante su obra. Él entiende la creación literaria como algo puro, perfecto, llegando incluso a considerarla como “una forma de orar”. Esto, unido a la elevada exigencia de un Franz que se creía llamado a metas mayores que las de publicar aquellos “papelotes repulsivos” y a su marcada timidez, llevó muchas veces a Kafka a desechar la posibilidad de publicar sus escritos, cuando no a darlos directamente a las llamas. En algún sentido, y salvando las enormes distancias, me siento identificado con la consideración que tiene Kafka con su obra, esa insatisfacción constante con todo aquello que escribe y esa necesidad de perfección en sus trabajos que aleje de una vez las continuas dudas sobre sus posibilidades como escritor.
En las 60 páginas que llevo, Max Brod, el amigo de Kafka, es quizás la figura más destacada. El vitalista Brod, escritor prolífico y negociador nato es quien toma las riendas a la hora de sacar a la luz la obra de Kafka, un Kafka que lo admiraba por sus éxitos y por la capacidad de convencer a las editoriales. Brod intenta una y otra vez que Franz publique sus relatos en revistas, lo encomienda a realizar diarios de viajes y ensayos, revisando sus trabajos y presentándolos a todas las editoriales por las que va pasando. Un Brod al que habrá que agradecerle siempre que hoy podamos disfrutar del Kafka escritor, cuando fácilmente podría haberse dedicado a la pintura, por cierto expresionista. En fin, esto es lo que llevo de momento, ya comentaré más conforme vaya leyendo.
PD: En fotos, Kafka posando con un perro y Joachim Unseld, escritor de Franz Kafka: Una vida de escritor.
Buentes no sé pero…. creo que el de la foto con el perro se parece mucho a ti.
Uy, qué va…
Que sí, hombre, que sí: en inteligencia, perspicacia, tenacidad, sentido del humor, etc…
Si hasta le gustaban las infusiones como a ti. ;)
Aunque pensándolo bien tengas tú razón y sea: uy,qué va… Kafka nunca escribió poesía (que yo sepa) :P
Qué va, Kafka era un auténtico genio y, por carácter, estamos completamente alejados. Él era una persona con una visión de la vida como algo doloroso y entendía la escritura como redención… Yo soy un poco más positivo y entiendo la escritura como una búsqueda de respuestas.
Simplificando, eh? jajajajaja
PD: Vázquez, te vi el otro día pero no te pude saludar porque estabas ocupada.
Yo creo que más bien se parece al de la foto de abajo, el de los ojos saltones y la cara loco.