La otra vida

A veces me descubro con la frente
en la ventana, como quien espera
ver el regreso de algún barco antiguo,
de grandes velas blancas como nubes,
de vuelta de la bruma, de los años;
y pienso en las mañanas de Ayamonte,
las casas, las mujeres en el puerto,
el río hendido y niños, la goleta
que se arrastra hasta (¿o en?) el muelle, tan despacio.
Contemplo algunos rostros que conozco,
Emilia rodeada de geranios,
el vino de Jesús en la taberna
y la voz rota del abuelo Antonio
cantando viejas coplas de la radio.
Eslabones prendidos de otros tiempos.
últimas llamaradas de la hoguera.
Acaso sea esto la otra vida.

(16.III.2007 y 12.V.2007)

PD: Como anuncié, este finde colgaría algo «poético«. A ver qué tal lo veis después de los últimos retoques.