In Ictu Oculi

Recetario para los nuevos tiempos

25º Mensaje

Será el último mensaje de 2006. Estoy feliz, no sólo porque se acerca ya el año nuevo y estas tonterías, quiera o no, acaban por metéresele a uno en los huesos, como el frío, miro esperanzado que el año que ya llega mejore en algunos aspectos el actual. No me puedo quejar de amigos, no me puedo quejar de resultados en los estudios, y, pese a mis deficiencias técnicas, tampoco me puedo quejar de lo que he escrito, esto es lo que soy y esto es lo que tengo. Sólo espero que la cosa mejore en el ámbito personal, al fin y al cabo, es lo que importa, no??

Y bueno, para acabar bien el año, una preciosa anécdota de Navidad. Antes de ayer fui a comprar a una librería, aquí en Sevilla. Yo llevaba buscando «La búsqueda y la espera» un tiempo, meses, por internet. Y dio la casualidad que lo encontré en el portal de esta librería en Iberlibro, así que me fui a la dirección que ponía para comprarlo. La librería es poco común, no muy poética la verdad, pero esto es como el tópico del amor, «lo importante es el interior», y el interior no dejaba de intrigar con sus libros antiguos y polvorientos, los mapas, la mesa del vendedor totalmente repleta de papeles desordenados, amenizado todo, incluso, con un ordenador bastante antiguo… (no soportaría más que el Win98).

El hombre de la tienda no dijo su nombre ni yo di el mio… le pedí la antología (el nombre no lo recordaba) y él se afanaba buscándolo en la Base de Datos con los datos que le di (tardó casi 15 mins, por el Pc…) mientras yo leía los títulos de los libros que había en la estanterías. No encontraba nada que me atrayese lo bastante como para gastarme los pocos euros que me quedaban, así que paré de buscar y me situé delante de la mesa del hombre a esperar.

Lo encontró y me dijo que lo tenía en almacén, el precio era de 9 euros y debía pasarme al día siguiente. En esto… que cuando me giro para irme me topo con un libro marrón, lleno de polvo. «El hombre que fue Jueves» G.K. Chesterton, ponía en letras doradas. Me interesé por él, pero… como no tenía suficiente dinero para los dos, lo dejé de nuevo en el stand y me fui, mientras el librero se despedía de mí con una sonrisa.

Ayer, fui con el dinero en busca de la Antología de mis amigos, llevaba los únicos 9 euros que tenía y andando a paso de legionario casi, sudando por todos lados y sin peinar casi, llegué a la librería. El hombre me recibió de nuevo con otra sonrisa y me entregó el paquete con el libro. Le di los 9 euros y él me devolvió 3… porque estamos en Navidad. Yo le agradecí el detalle y me fui contento por la calle Amor de Dios… pero no fue la última sorpresa, porque cuando abrí el paquete, aparecieron allí no sólo la portada blanca y el dibujo de Maria Eugenia en «La búsqueda y la espera» sino aquellas letras doradas y polvorientas de «El Hombre que fue Jueves».

Bueno, esto es todo, espero que os gustase la anécdota y desde aquí os felicito el año con toda la ilusión. Que vuestros sueños se cumplan en 2007. Adiós!!!

5 Respuestas a “25º Mensaje

  1. Bukowski 30 diciembre 2006 en 4:33 pm

    Estupenda entrada, y buen libro, sin duda, El Hombre que fue Jueves.

  2. Buentes 30 diciembre 2006 en 6:53 pm

    Para buena entrada, la del relato que tienes en tu blog tío, es tuyo?

  3. carlos rm 31 diciembre 2006 en 10:57 am

    Un preciosa historia ésta, la de la multiplicación (por dos) del libro. Ese librero merece fidelidad. Enhorabuena por tus últimas entradas. ¡Hasta el 2007!

  4. Bukowski 31 diciembre 2006 en 6:31 pm

    Afirmativo, es mío.

  5. Jesu 2 enero 2007 en 4:48 pm

    Preciosa anécdota, Pablo. Tienes que decirme dónde está esa librería. Hemos de hacerle una visita a ese gran librero. Y me tienes que pasar ese libro!! =)

    Bueno, tío, mucha felicidad para el 2007, que seguro que en este año te comes el mundo. ;)

    Por cierto, el relato de Charles es la poya, sí. =D

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